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El absolutismo es una forma de gobierno.

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El absolutismo es una forma de gobierno.
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Anonim

A lo largo de todo el proceso de surgimiento y desarrollo de la humanidad, los países, las poblaciones y las ciudades han cambiado, pero las formas de estructura de poder desarrolladas a lo largo de los siglos se han arraigado y han recibido un mayor desarrollo. Una de estas formas era el absolutismo. Este es un dispositivo de poder en el que el gobernante supremo poseía toda su plenitud sin limitación por nadie ni nada.

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La edad de oro del absolutismo

Las principales características del absolutismo aparecieron antes de nuestra era y pasaron la prueba en las monarquías del antiguo Oriente. Fue allí, en los estados emergentes, donde apareció este fenómeno, que pasó a la historia como el principio del despotismo oriental. Sus lados expresados ​​incluyen el abandono de la personalidad de una persona, todas las aspiraciones están dirigidas a la prosperidad del estado. El monarca, que dirige el país, a menudo estaba deificado y era una autoridad indiscutible para la gente común. Además, su poder era tan absoluto que cualquier miembro podía perder su riqueza, posición en la sociedad y la vida. Con el colapso de las civilizaciones de la antigua Asia y África, el poder ilimitado aparece en Europa. Allí, el absolutismo es el deseo de los gobernantes de construir y centralizar sus países; en las primeras etapas de su existencia, jugó un papel positivo, pero con el tiempo, ya no fue necesario. Sin embargo, los monarcas europeos, habiendo aprendido todos los encantos del poder autocrático, no se apresuraron a separarse de él. Por lo tanto, la Edad Media es verdaderamente la "Edad de Oro" para el absolutismo.

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Al comienzo de la Nueva Era, con el desarrollo de la educación y la alfabetización de muchas personas, la custodia excesiva del estado comenzó a ser una carga, el absolutismo político se hizo cada vez menos popular. Los jefes de estado, tratando de mantener su poder, hicieron concesiones, pero, de hecho, fueron insignificantes y de ninguna manera satisficieron ni a la gente simple ni a la naciente clase de propietarios burgueses. La famosa serie de revoluciones burguesas europeas de los siglos XVI y XVIII puso fin al gobierno indiviso del absolutismo en la práctica política de los países europeos. Sin embargo, es demasiado pronto para que el absolutismo deje la vanguardia de la política mundial.