La reorientación económica, complicada por la crisis financiera, influyó mucho en la situación de la sociedad. Un gran problema para la salud y el seguro social es el envejecimiento japonés.
Durante el siglo pasado, la población de Japón se cuadruplicó. El pico de fertilidad ocurrió en los años posteriores a la Segunda Guerra Mundial y duró hasta casi los años 50.
Entonces comenzó un declive gradual. Gracias a los éxitos en el desarrollo de la medicina y la atención médica, se hizo posible reducir la tasa de mortalidad infantil y aumentar significativamente la esperanza de vida, lo que contribuyó a que la tasa de crecimiento se mantuviera alta durante algún tiempo.
Sin embargo, hoy la situación es diferente. Según algunas estimaciones, la población de Japón disminuirá de 127, 7 millones de personas a 42, 9 millones de personas en los próximos 100 años, y la tasa de natalidad en 50 años será de 1, 35.
Los jóvenes no tienen prisa por formar una familia por razones financieras. Las mujeres, sobre todo, no quieren cambiar su estilo de vida habitual y buscan construir una carrera primero, y posponer el nacimiento de un hijo hasta tiempos mejores.
La población de Japón tiene una esperanza de vida récord. En promedio para 2011
ascendió a 80 años para los hombres y 86 años para las mujeres, aumentando así el gasto en pensiones durante la última década en el presupuesto estatal en un 15%. Si para un pensionista hace medio siglo había 12 ciudadanos aptos, entonces su proporción se ha acercado a 1: 3.
