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Pensar por lo tanto existe. Rene Descartes: "Creo, por lo tanto, existo"

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Pensar por lo tanto existe. Rene Descartes: "Creo, por lo tanto, existo"
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Anonim

La idea que Descartes propuso, "Creo, por lo tanto, existo" (en los sonidos originales como Cogito ergo sum), es una declaración que se hizo por primera vez hace mucho tiempo, en el siglo XVII. Hoy se considera una expresión filosófica que constituye un elemento fundamental del pensamiento de la Nueva Era, más precisamente, el racionalismo occidental. La declaración ha seguido siendo popular en el futuro. Hoy, la frase "piensa, por lo tanto, existe" conoce a cualquier persona educada.

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Pensó Descartes

Descartes presentó este juicio como la verdad, la certeza principal de la que no se puede dudar y, por lo tanto, con la que se puede construir un "edificio" del verdadero conocimiento. Este argumento no debe tomarse como una inferencia de la forma "el que existe piensa: yo pienso, y por lo tanto existo". La esencia de esto, por el contrario, es la autoconfianza, la evidencia de la existencia como sujeto pensante: cualquier acto de pensamiento (y más ampliamente, una experiencia de conciencia, una representación, ya que no se limita al pensamiento cognitivo) descubre a un practicante que piensa con una mirada reflexiva. Esto se refiere al autodescubrimiento del sujeto en el acto de la conciencia: pienso y descubro, contemplando este pensamiento, de mí mismo, detrás de sus contenidos y actos.

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Opciones de formulación

La variante Cogito ergo sum ("pensar, por lo tanto, existir") no se utiliza en el trabajo más significativo de Descartes, aunque esta formulación se cita erróneamente como un argumento con referencia al trabajo de 1641. Descartes temía que la redacción utilizada por él en su trabajo anterior permitiera una interpretación diferente del contexto en el que la aplicaba en sus conclusiones. Al mismo tiempo, al tratar de alejarse de la interpretación que crea solo la apariencia de una conclusión lógica concreta, ya que de hecho implica una discreción directa de la verdad, la autoevaluación, el autor "piensa, por lo tanto, existe" elimina la primera parte de la frase anterior y deja solo "Yo existo" ("Yo soy") Él escribe (Meditación II) que cada vez que se pronuncian las palabras "Yo existo", "Yo soy", o son percibidas por la mente, este juicio será verdadero si es necesario.

La forma habitual de enunciado, Ego cogito, ergo sum (en traducción - "Creo, por lo tanto, existe"), cuyo significado ahora, esperamos, está claro para usted, aparece como un argumento en una obra de 1644 titulada "The Beginning of Philosophy". Está escrito por Descartes en latín. Sin embargo, esta no es la única formulación de la idea "pensar, por lo tanto, existir". Había otros

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El predecesor de Descartes, Agustín

No solo Descartes llegó al argumento "Creo, por lo tanto, existo". ¿Quién dijo las mismas palabras? Nosotros respondemos Mucho antes de este pensador, San Agustín propuso un argumento similar en su polémica con los escépticos. Se puede encontrar en el libro de este pensador titulado "Sobre la ciudad de Dios" (11 ° libro, 26). La frase es: Si fallor, sum ("Si me equivoco, entonces, por lo tanto, existo").

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La diferencia entre Descartes y Agustín

La diferencia fundamental entre Descartes y Agustín, sin embargo, radica en las consecuencias, objetivos y contexto del argumento "pensar, por lo tanto, existir".

Agustín comienza su pensamiento con la afirmación de que las personas, al examinar sus propias almas, reconocen la imagen de Dios en sí mismas, porque existimos y sabemos al respecto, y amamos nuestro conocimiento y ser. Esta idea filosófica corresponde a la llamada triple naturaleza de Dios. Agustín desarrolla su pensamiento al decir que no le teme a ninguna objeción a las verdades antes mencionadas de varios académicos que podrían preguntar: "¿Y si te están engañando?" El pensador respondería, por eso ya existe. Porque el que no existe no puede ser engañado.

Mirando con fe en su alma, Agustín como resultado de usar este argumento llega a Dios. Descartes, por otro lado, mira allí con dudas y llega a la conciencia, un sujeto, una sustancia pensante, cuyo requisito principal es la distinción y la claridad. Es decir, el cogito de los primeros pacifica, transformando todo en Dios. Segundo, todo lo demás es problemático. Dado que, después de obtener la verdad sobre la propia existencia de una persona, uno debe recurrir a la conquista de una realidad diferente del "yo", luchando constantemente por la distinción y la claridad.

El propio Descartes notó las diferencias entre su propio argumento y la declaración de Agustín en una carta de respuesta a Andreas Colvius.

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Paralelos hindúes "Creo, por lo tanto, existo"

¿Quién dijo que tales pensamientos e ideas eran inherentes solo al racionalismo occidental? En el Este, también llegaron a una conclusión similar. Según S.V.Lobanov, un indólogo ruso, esta idea de Descartes en la filosofía india es uno de los principios fundamentales de los sistemas monistas: Advaita-Vedanta de Shankara, así como el Shaivismo de Cachemira o para-Advaita, cuyo representante más famoso es Abkhinavagupta. El científico cree que esta afirmación se presenta como confiabilidad primaria, alrededor de la cual se puede construir conocimiento, que, a su vez, es confiable.