¿Una persona familiar procesa constantemente fotografías más allá del reconocimiento? Esto puede ser un signo de falta de integración, problemas internos y dudas. Dichas conclusiones pueden extraerse de la historia de una niña que no podía comunicarse con las personas debido a que su rostro real no se ve en Internet.
Una niña llamada Macy decidió compartir con el mundo su historia sobre cómo la dependencia de los filtros la llevó a no aceptar su apariencia. No podía mirar el reflejo en el espejo y odiaba su verdadero rostro. Macy ahora está aprendiendo a amarse a sí misma en la vida real, no a sus fotos falsas.