El PIB potencial es el producto interno del estado, que se puede proporcionar en la cantidad máxima con el uso completo de los recursos disponibles.
Esta condición se llama pleno empleo. Existe otro concepto: el PIB real, para cuya formación los fabricantes crean y venden la cantidad necesaria de productos durante cierto tiempo a varios niveles de precios. Al analizar los indicadores macroeconómicos, se acostumbra distinguir los períodos a corto y largo plazo. Entonces, el comportamiento de las entidades económicas a largo plazo puede ser descrito por el modelo clásico. Un mercado libre sin intervención del gobierno garantiza automáticamente el uso de los recursos en la producción, lo que conduce al logro del PIB potencial.
El valor del PIB potencial se determina en función de la cantidad de tecnologías y recursos disponibles, sin embargo, puede no depender del nivel de precios. Es por eso que la curva de oferta agregada de naturaleza a largo plazo es vertical.
El PIB potencial obedece la ley de neutralidad del dinero. Entonces, la dirección vertical de la curva indica el grado de seguridad de la producción al nivel de dicho PIB por las fuerzas del mercado y la competencia a largo plazo. En este caso, el nivel de precios puede tener valores diferentes y depender de la cantidad de efectivo en la economía. Y el otro lado de esta ley económica: en presencia de altas emisiones monetarias, se rastrean los altos precios y, en la planificación a largo plazo, la oferta monetaria afecta tanto los precios como el volumen de producción.
Con un aumento en el número de recursos en la economía, se rastrea el desarrollo del progreso tecnológico y, en consecuencia, el PIB potencial aumenta, y su curva en el gráfico debe desplazarse hacia la derecha. Pero con la reducción de recursos o la regresión técnica, todo debería suceder al revés.
Un número significativo de economistas cree que el PIB (real y potencial) puede reflejar un período a largo plazo en macroeconomía. Además, las desviaciones del primer tipo de producto interno del segundo son eliminadas con bastante éxito por el mercado.
Sin embargo, los economistas modernos han sacado conclusiones sobre la existencia de un período corto (un cuarto puede servir como ejemplo), en el que el enfoque clásico de la neutralidad del dinero no puede funcionar. En otras palabras, cualquier cambio en la oferta monetaria tiene un impacto significativo tanto en el nivel de precios como en el PIB potencial. Gracias a esta declaración, apareció un nuevo concepto: PIB a corto plazo, para reflejar la dinámica de que la curva de oferta agregada ya no es vertical, sino horizontal.
Dicha curva refleja la posibilidad de aumentar la capacidad de las entidades comerciales para producir resultados a un determinado nivel de precios. Este hecho se confirma cuando hay un retraso notable en el PIB real desde su nivel potencial. En otras palabras, la economía nacional no está funcionando a pleno rendimiento.
